Mi amiga Discapacidad



La historia que a continuación voy a contar, está basada en hechos reales. Espero que os guste y que llegue a lo más profundo de los corazones.
Todo empezó en el año 2011 y más concretamente en Agosto. Durante los meses anteriores ya arrastraba molestias. Pero en vez de mejorar, el cansancio y los dolores en el costado eran cada vez más agudos y decidí ir al Hospital. Tras pruebas y más pruebas me detectaron dos trombos a la altura de la cintura. Los médicos vasculares me dijeron que era algo serio y que necesitaba con urgencia un Bypass. Tenía obstruidas las arterias como consecuencia del tabaco. Por aquel entonces fumaba un paquete diario.
Como podréis imaginar fué un golpe muy duro y me costó reaccionar durante algún tiempo. 

Los días iban pasando y la cosa iba empeorando, me empezaron a salir en la pierna unas ampollas de un tamaño excesivo, las cuales me tuve que curar todos los días. Los dolores eran fortísimos, fué sin duda la peor época que pasé. Prácticamente mi vida era estar tumbado en la cama las 24h del día. Como consecuencia de eso, me salió una escara de la que tuve que ser operado. La Doctora Escudero me informó más adelante que había tenido suerte, ya que estaba infectada y era bastante profunda. Tras mi “recuperación” fue entonces cuando decidí coger el toro por los cuernos y afronté mi operación de Bypass. Estuve casi 6h dentro del quirófano. A mi salida, comentaron a mi madre que la operación había sido un éxito, pero a la vez complicada, ya que además de los dos trombos detectados a la altura de la cintura, también tenía pequeños trombitos en los riñones. Sin duda resultó una gran noticia para mí, ya que prácticamente se podía decir que me habían dado una segunda oportunidad de vivir. Pero por desgracia, lo que por un lado resultó ser positivo, también había una parte negativa. La pierna había sufrido mucho y la única solución era amputarla.

Otro duro golpe que tuve que asimilar. Recuerdo que al principio, pensé que ya no merecía la pena seguir viviendo. Pero con la ayuda de mi familia y de mis amigos (verdaderos), tuve el coraje de hacerlo.
En Enero del año 2012 me amputaron la pierna. Una nueva vida me esperaba. Y el destino hizo que conociese a una gran amiga llamada… Discapacidad.
Siempre recordaré las primeras palabras que me dijo el Doctor, después de la amputación: “ Ahora tienes dos opciones, una pudrirte en tu casa  y pensar que ya nada merece la pena, o salir al exterior a comerte el mundo y demostrar a la gente todo lo que vales”. No negaré que al principio me costó reaccionar, pero nuevamente la ayuda de mi familia y mis amigos me dieron alas para salir adelante y luchar en la vida.

Y aquí estoy en la actualidad, dando guerra y luchando para poder adaptarme a mi prótesis para que algún dia no muy lejano todo el sufrimiento que en su momento padecí, se vuelva alegría y disfrute del prometedor presente.
Cada día cuenta y tengo claro que voy aprovechar al máximo ésta segunda oportunidad que la vida me tenía reservada.
En éste periodo de tiempo he ido conociendo a mi nueva amiga.  Al comienzo reconozco que no me caía muy bien, pero durante el paso del tiempo la vas entendiendo y cogiendo cariño y sé que me será fiel en lo bueno y en lo malo y juntos salvaremos todos los obstáculos que la vida nos ponga en el camino. El secreto es saber entenderla, ir de la mano con ella, siempre con humildad y con la cabeza bien alta para que la sociedad nos acepte.
Quiero dar las gracias a toda la gente que colaboró en mi recuperación, para que yo ahora, esté escribiendo ésta historia. Se merecen también ser protagonistas y que sea reconocido su estupendo trabajo.

GRACIAS:  Al equipo de vascular del Hospital San Pedro y a la Doctora Escudero;  (No todos tienen una segunda oportunidad en la vida).
Al equipo de Hospitalización a domicilio; (Por todas las curas realizadas y sobre todo por los ánimos recibidos).
A mis amigos de toda la vida: Alberto, Dani, Carlos, Gabriel, Nacho y Rubén;  (Mis amigos fieles antes y ahora).
Y por último a Begoña y Pilar; (Por aguantarme en esas odiosas curas en la pierna).  Todos/as merecen mi aplauso y mi gratitud.
Ya para acabar ésta historia me despediré con unas bonitas y verdaderas frases, que un día me “susurró” mi gran amiga… Discapacidad.

La peor discapacidad es no darse cuenta de que todos somos iguales.

Una discapacidad no es una tragedia, es un incoveniente.

La vida está llena de retos la discapacidad es el más grande de ellos por eso: VIVELA!!!

La discapacidad no está reñida en absoluto con la felicidad.








GRACIAS A TOD@S. ÉSTA HISTORIA SOLO PRETENDE LLEGAR A LOS CORAZONES DE LAS PERSONAS Y TRANSMITIRLES ESPERANZA Y QUE VEAN SU DISCAPACIDAD, COMO SU AMIGA.





2 comentarios:

  1. Omar preciosa te toca el corazón, as dado en el clavo tú amiga y tú llegaréis lejos si sabéis vivir en equilibrio los dos juntos FELICIDADES

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